"Él nos ama y quiere que nosotros lo amemos a Él. Él nos espera noche y día en la pequeña hostia. Él anhela oírnos...nosotros lo adoramos porque Él es Dios."


Eran las 20h04, después de un largo día en la universidad mi papá me fue a recoger. Camino de regreso a casa, me sorprendí por la desviación del camino que hizo mi papá, al preguntarle a donde nos dirigíamos mi hermana que iba a su lado me respondió -"un rato al Santísimo"- por lo que me quedé sorprendida ya que no hemos hecho eso antes, regularmente acudimos a misa todos los domingos en familia, eso sí, pero nunca haber pisado la iglesia entre semana y menos que mi papá cansado del largo día de trabajo aceptase.

Al entrar se sentía una paz total, el silencio inundaba la edificación, los tres nos arrodillamos sobre ambas rodillas e hicimos una veneración justo a la entrada. Nos ubicamos en las bancas del costado, nos arrodillamos y cada quien en lo suyo, mi papá rezaba callado mientras contemplaba el altar, mi hermana susurraba con los ojos cerrados, yo mientras tanto observaba al resto de las personas, me sorprendía ver a niños rezando en vez de estar en sus casas jugando Wii, a jóvenes contemplando el Santísimo buscando una respuesta en vez de estar holgazanes en sus casas o fregando con sus amigos del barrio o quedarse en algún bar después de la universidad, algunos de ellos con cuaderno y pluma para anotar algún pensamiento que los inspire justo en ese momento de tanta tranquilidad que los invitaba a reflexionar, observaba a personas que recién salían de sus lugares de trabajos, cansados de la jornada me imagino pero dispuestos a todo arrodillados o sentados en las primeras bancas dando gracias por aquel día, haya sido bueno o malo.

Concluí que realmente así sea absurdo para ciertas personas, estar en el Santísimo por más callado que sea o por más aburrido que algunos lo vean, nos invita a un recogimiento y no exactamente con este ser supremo, Dios, sino también con nosotros mismos, para reflexionar nuestro día, agradecer por tantas bendiciones que tenemos, por no correr con las desgracias que les sucede a otros y que observamos a diario mediante televisión, diarios etc. Realmente es maravilloso estar en ese lugar, la tranquilidad que se respira, tantas personas con un solo objetivo...desahogarse, y que mejor que Dios para escucharte.


2 comentarios:

Me alegro de tu experiencia.

Que bendición que hayas experimentado algo tan maravilloso!! Cada vez que lo visites tu experiencia será única!

Que Dios te bendiga!

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